
El coliving ha dejado de ser una tendencia pasajera para consolidarse como una alternativa sólida a la vivienda tradicional. En España y en muchos países, este modelo evoluciona hacia espacios más flexibles, digitales y centrados en la comunidad.
¿Qué buscan los nuevos residentes? ¿Qué beneficios aporta a los gestores? ¿Y cómo garantizar una convivencia tranquila sin complicaciones? En este artículo, analizamos las principales tendencias del coliving y cómo soluciones como Minut pueden ayudarte a gestionarlo de forma más eficiente y segura.
La evolución del coliving se acelera, adaptándose a nuevas realidades urbanas y necesidades demográficas. A continuación, te presentamos las tendencias clave que marcan este modelo de convivencia.
Los colivings se transforman en espacios híbridos que combinan vivienda privada y zonas de coworking colaborativo. Especialmente tras el auge del teletrabajo, más del 50 % de estas residencias integran espacios de oficina para residentes y externos. En España, muchos operadores ofrecen cocinas, salas comunes, wifi y zonas de trabajo en un mismo lugar.
Esta fusión reduce costos y potencia la interacción; además, permite atraer nómadas digitales y freelancers. El enfoque “todo en uno” responde a una demanda creciente por entornos que faciliten tanto el descanso como el trabajo. Estos espacios alcanzan una ocupación del 90 % globalmente, lo que demuestra su eficacia para crear comunidad y rentabilidad.
La digitalización es una realidad en el coliving: apps de gestión, cerraduras inteligentes y sensores conectados son ya habituales. Los residentes esperan check-in automatizado (codigos digitales), gestión de incidencias vía app y servicios comunitarios a un clic. El uso de sensores para monitorizar ocupación y confort es tendencia, mejorando eficiencia energética y seguridad.
Por ejemplo, soluciones como Minut permiten controlar ruido y ocupación sin cámaras, integrándose con PMS. En coworking, el teletrabajo impulsó la incorporación de herramientas digitales, y las viviendas compartidas heredan esta infraestructura tecnológica. La automatización de tareas y comunicación digital no solo reduce costes operativos, sino que crea una experiencia de usuario más fluida, moderna y satisfactoria para los residentes.
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La sostenibilidad es una tendencia dominante. En Europa, el coliving evoluciona hacia comunidades conscientes: energías renovables, materiales ecológicos o huertos urbanos son cada vez más comunes. En España, Urban Campus inauguró un proyecto sostenible en Valencia con 158 estudios y zonas verdes.
Además, estos espacios están pensados como hubs de comunidad, donde el propósito (bienestar, arte, deporte) une a los residentes. Según un informe de Grand View, el mercado global alcanzó 7 800 M USD en 2024 y crecerá un 13,5 % anual hasta 2030. Esto demuestra que integrar sostenibilidad y valores compartidos no solo responde a la demanda actual, sino que es un factor de diferenciación y retención para operadores e inversores.

Las nuevas generaciones ya no buscan solo un techo, sino una experiencia completa. Estas son sus prioridades.
Ya sea para una estancia de unos meses o de largo plazo, los residentes buscan espacios que se adapten a su ritmo de vida. Esto incluye habitaciones bien insonorizadas, mobiliario ergonómico, zonas comunes versátiles y cocinas equipadas. El diseño juega un papel clave: debe ser moderno, funcional y flexible. La modularidad permite transformar un mismo espacio en zona de trabajo, relax o encuentro social.
Se valoran pequeños detalles como buena iluminación natural, climatización eficiente o soluciones de almacenamiento inteligente. Todo debe invitar a quedarse y facilitar el día a día. El confort no es un lujo, es una exigencia para fidelizar a los residentes y fomentar el boca a boca positivo. Aquellos operadores que descuidan el diseño interior pierden en diferenciación y reputación frente a los nuevos estándares del mercado.
Uno de los principales retos del coliving es equilibrar seguridad y respeto a la privacidad. Las nuevas generaciones quieren sentirse protegidas, pero sin sentir que se las vigila.
Por eso, cada vez más espacios incorporan sensores no intrusivos como los de Minut, que detectan ruido, ocupación o humo sin grabar ni almacenar datos personales. También se priorizan cerraduras electrónicas con control individualizado, cámaras solo en zonas comunes y sistemas de acceso sin llaves.
La seguridad no debe generar fricción ni incomodidad. La clave está en ofrecer una protección discreta, que actúe solo cuando es necesario. Contar con una respuesta rápida ante incidencias genera confianza. La convivencia se enriquece cuando todos los residentes saben que se cuidan tanto su tranquilidad como su intimidad. Un entorno seguro es también un entorno más sano, armonioso y profesional.
La experiencia digital marca la diferencia. Los residentes actuales esperan poder gestionar su día a día desde el móvil, sin depender del personal de gestión. Un espacio de coliving moderno debería incluir funcionalidades propias de un smart building, como:
Además, la integración de servicios como lavandería bajo demanda, suscripciones compartidas (Netflix, Spotify), o lockers inteligentes mejora la comodidad. Todo debe estar pensado para minimizar las fricciones y aumentar la autonomía. Una buena digitalización no sustituye lo humano, pero lo complementa.
El objetivo: que cada residente sienta que tiene el control, sin complicaciones ni esperas. Los espacios que no evolucionan en esta línea se quedan atrás frente a una generación que valora, sobre todo, la agilidad.
El modelo coliving no solo transforma la experiencia del residente: también representa una oportunidad estratégica para inversores y operadores que buscan eficiencia, escalabilidad y rentabilidad.
Permite maximizar el uso de cada metro cuadrado. Gracias a la distribución de costes entre varios inquilinos y la optimización de los espacios comunes, los ingresos por unidad superan a los del alquiler tradicional. Los colivings bien gestionados alcanzan tasas de ocupación del 90 % a nivel global.
Esta rentabilidad se mantiene incluso en contextos de alta rotación, ya que el formato flexible atrae a nómadas digitales, jóvenes profesionales y estudiantes internacionales. El pago por plaza permite diversificar el riesgo: si un residente se va, no se pierde el ingreso completo. Esta fórmula, junto con contratos más ágiles y servicios añadidos, convierte el modelo en una inversión estable y resistente a la estacionalidad.
Para los gestores, supone ingresos recurrentes, previsibles y con menos periodos vacíos, lo que mejora la salud financiera del negocio. Por eso, invertir en coliving se ha consolidado como una estrategia atractiva y segura para quienes buscan rendimiento y adaptabilidad en el sector inmobiliario.
Una de las grandes ventajas del coliving moderno es su compatibilidad con herramientas de gestión digital. Gracias a plataformas centralizadas, apps de comunicación interna y sensores inteligentes como los de Minut, los gestores pueden supervisar múltiples propiedades a distancia. Esto reduce los desplazamientos, los tiempos de respuesta y los costes operativos.
Automatizar tareas como el check-in/check-out, la facturación o la atención a incidencias libera tiempo al personal y mejora la eficiencia global. El resultado: menos conflictos, mantenimiento proactivo y una experiencia más fluida tanto para el operador como para el residente.
En un mercado donde escalar es clave, disponer de procesos digitalizados y una infraestructura conectada es lo que permite crecer sin perder el control ni comprometer la calidad del servicio.
El coliving no es solo alojamiento, es una comunidad. Y para los gestores, eso se traduce en fidelización. Los residentes que se sienten parte de un grupo tienden a quedarse más tiempo, cuidar mejor el espacio y recomendarlo a otros. Crear esta sensación de pertenencia se logra con eventos, espacios comunes bien pensados y normas de convivencia claras, apoyadas por tecnologías que garantizan tranquilidad sin ser invasivas.
En un mercado saturado, un buen ambiente comunitario se convierte en un factor de diferenciación potente. Ya no se compite solo por ubicación o precio, sino por experiencia. Operadores que apuestan por una identidad clara y un enfoque humano consiguen destacar frente a la oferta tradicional. La comunidad, gestionada con inteligencia y respeto, se convierte así en un activo estratégico que mejora tanto la imagen de marca como los resultados a largo plazo.
La tecnología Minut se adapta perfectamente a los retos actuales del coliving: mantener la armonía entre residentes, reducir los conflictos y facilitar la gestión a distancia, todo sin comprometer la privacidad.
Minut supervisa el entorno sin necesidad de grabar ni escuchar conversaciones. Su sensor inteligente mide los niveles de ruido en tiempo real y te alerta cuando se sobrepasan los umbrales permitidos, tanto de día como de noche. Esto permite actuar con rapidez ante fiestas no autorizadas o molestias entre residentes. También detecta el humo de cigarrillos y la sobreocupación mediante el análisis de movimiento y temperatura, sin cámaras ni micrófonos.
De este modo, se protege la experiencia de los inquilinos y se evita el deterioro del espacio. La clave está en el equilibrio: ofrecer tranquilidad a todos sin ser intrusivos. En entornos compartidos donde la convivencia es esencial, este tipo de supervisión no invasiva se convierte en un valor añadido. Minut refuerza las normas internas, disuade comportamientos problemáticos y reduce el número de intervenciones manuales necesarias.
El sensor Minut se integra fácilmente en la operativa diaria gracias a su app intuitiva y a su compatibilidad con plataformas de gestión como PMS o channel managers. Desde una sola aplicación puedes consultar el estado de cada unidad, recibir alertas, compartir reportes con el equipo o incluso automatizar respuestas (como mensajes a los residentes cuando se detecta ruido excesivo).
Esto facilita una gestión remota y proactiva, especialmente útil cuando se gestionan múltiples ubicaciones. Además, puedes configurar alertas específicas para cada propiedad según su uso o franja horaria. La automatización ahorra tiempo, reduce errores humanos y mejora la eficiencia operativa.
Para los gestores, contar con una herramienta que centraliza el control y se adapta a su flujo de trabajo significa mayor tranquilidad y escalabilidad. Ya no se trata solo de reaccionar, sino de anticipar y mantener el control en todo momento.
Minut destaca por su diseño discreto y su instalación rápida. No interfiere con la estética del espacio y no genera desconfianza entre los residentes, ya que respeta su intimidad. Este aspecto es crucial en colivings modernos, donde la transparencia y la confianza marcan la diferencia. Al mismo tiempo, la presencia del dispositivo envía un mensaje claro: el respeto y la convivencia son prioritarios.
Al prevenir daños y conflictos, contribuye a reducir costes operativos y proteger la reputación del espacio. Desde el punto de vista del negocio, esto se traduce en menos rotación, mejores reseñas y una marca más fuerte. Invertir en tecnología para viviendas compartidas que cuida tanto a los usuarios como al activo inmobiliario es una decisión estratégica.
Minut no es solo un sensor: es un aliado para crecer de forma sostenible, mantener altos estándares de servicio y adaptarse a las nuevas demandas del mercado.
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El coliving ya no es una moda pasajera, sino una respuesta estructural a los cambios en la forma de vivir, trabajar y socializar. En un entorno donde la flexibilidad, la comunidad y la tecnología son claves, los espacios de coliving que integran servicios inteligentes y respetuosos con la privacidad marcan la diferencia. Si gestionas este tipo de alojamientos, apostar por soluciones como Minut te permite estar a la altura de las expectativas de los nuevos residentes y optimizar cada aspecto de tu operativa.